En el contexto del Día Internacional de la Lengua Materna, Veracruz destaca como uno de los bastiones de la diversidad lingüística en México. Con más de 650 mil personas que hablan alguna lengua indígena, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se posiciona como el tercer estado del país con mayor población hablante de lenguas originarias.

De las 68 lenguas indígenas reconocidas en México, 14 de ellas se conservan en Veracruz. Entre estas se encuentran el Huasteco, Popoluca, Mixe, Zoque, Chinanteco, Zapoteco, Mazateco, Mixteco, Otomí, Totonaca, Tepehua, Náhuatl de la Huasteca, Náhuatl de la Sierra de Zongolica y Nahua del Sur, cada una representando una riqueza cultural invaluable.

Según un informe realizado por AVC Noticias, el náhuatl encabeza la lista como la lengua indígena con mayor número de hablantes en Veracruz, alcanzando la cifra de 365,915 personas. Le sigue el Totonaco, con 122,595 hablantes, y el Huasteco, con 46,236. Estas cifras reflejan la vitalidad de estas lenguas en la región.

El análisis comparativo de los censos de 2010 y 2020 del INEGI revela dinámicas interesantes en cuanto al número de hablantes de estas lenguas. Por ejemplo, el náhuatl experimentó un aumento significativo, pasando de 355,785 hablantes en 2010 a 365,915 en 2020, lo que representa un incremento de 10,130 personas. Este fenómeno puede interpretarse como un esfuerzo por parte de las comunidades para preservar su lengua y cultura.

Sin embargo, no todas las lenguas indígenas han tenido la misma suerte. El Tojolabal, Chatino, Tarahumara y Tlapaneco son algunos ejemplos de lenguas que han visto disminuir su número de hablantes, según los datos del censo de población del INEGI. Esta situación resalta la importancia de implementar políticas de revitalización lingüística y preservación cultural para garantizar la supervivencia de estas lenguas ancestrales.

En conclusión, Veracruz se erige como un territorio de gran importancia en la conservación y promoción de la diversidad lingüística y cultural de México. El reconocimiento y valoración de las lenguas indígenas no solo enriquece el patrimonio cultural del país, sino que también contribuye a la construcción de una sociedad más inclusiva y respetuosa de la pluralidad étnica y lingüística.